PLEGARIA EUCARÍSTICA: AÑO NUEVO

PLEGARIA EUCARÍSTICA

-AÑO NUEVO-

Comenzamos el año, Señor, agradecidos.

Porque tu mano bondadosa nos ha traído hasta aquí,

y sigue tendida para caminar hacia el futuro,

dirigiendo nuestros pasos hacia ti.

Tú, nuestro creador y nuestra meta,

nos alegras este día,

y se renueva en él nuestra esperanza en ti

y nuestro compromiso contigo.

Por eso necesitamos darte gracias:

porque nos ofreces un año

de posibilidades y ocasiones de bondad,

de deseos renovados,

de pasar de lo viejo a lo nuevo,

de lo caduco a lo estable,

de lo falso y engañoso

a lo firme y verdadero.

Y en esa tensión entre el pasado y el futuro,

en el presente de nuestra vida,

en este día primero del nuevo año

te damos gloria y alabanza

y te cantamos llenos de alegría:

SANTO, SANTO, SANTO…

Aspirando a esa santidad a la que nos convocas

te pedimos, Oh Dios, que tu Espíritu descienda

sobre este pan y este vino,

como en aquella Última Cena de tu Hijo

culminación de su vida,

cuando tomó el pan y dijo:

TOMAD Y COMED…

y después, al tomar el cáliz de vino,

reafirmando su entrega salvadora les dijo:

 TOMAD Y BEBED…

Este es el misterio de la fe…

Desde Belén hasta Jerusalén,

año a año y día a día,

creció Jesús en gracia,

acompañado de José y María.

El asombro y sorpresa que le acompañaba

era el mejor reflejo de su fidelidad divina. 

Desde entonces,

en nuestro mundo de incertidumbres y dudas

ha aparecido la verdad;

y lo que nos parecía imposible de conseguir

lo hemos recibido como un regalo:

la vida eterna, y el mismo Dios

son el final de nuestros años,

un final que impregna ya nuestro presente.

Sentimos, Padre, el soplo de tu Espíritu

en este día de Año Nuevo,

y nos sentimos unidos a la Iglesia,

y a toda la humanidad,

que quiere construir un mundo nuevo

animado por el amor y la paz.

Que el ejemplo de María nos lleve

a estar atentos a todos los necesitados,

a practicar la mansedumbre y la humildad,

y a saber ser familia tuya.

Que ilumine especialmente al Papa y a los obispos;

a quienes gobiernan el mundo,

y a la humanidad entera.

Y hoy especialmente

proclamamos nuestra confianza en tus promesas,

y reiteramos nuestra esperanza

en el definitivo Año Nuevo

de tu Espíritu renovador,

del que gozan ya nuestros difuntos,

cuya presencia aún sentimos.

A ti, dueño de los años y de los días,

de nuestra vida y de la historia,

por Jesucristo nacido aquella noche luminosa

en la fuerza del Espíritu Santo rebosante,

TODO HONOR Y TODA GLORIA

POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS.

AMÉN.

Por |2024-12-29T23:30:40+01:00diciembre 30th, 2024|General, Oraciones y música, Plegarias Eucarísticas|Sin comentarios

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