Artículos

MÁS ALLÁ (Lc 21, 5-19)

MÁS ALLÁ (Lc 21, 5-19) Nuestra conciencia, toda nuestra persona, se resiste a considerar nuestra vida como un camino a ninguna parte, que conduzca a un muro infranqueable contra el que nos estrellemos en la muerte. Sin entrar ahora en teologías, ni tampoco en antropologías o metafísicas, la sed de vida del ser humano, su voluntad de vivir y de, consciente y

¿HABLAR? ¿O ESCUCHAR?  (Lc 18, 9-14)

¿HABLAR? ¿O ESCUCHAR?  (Lc 18, 9-14) Por pereza en pensar, y por egocentrismo e interés, entendemos tan mal a Dios, que cuando escuchamos a Jesús diciendo que hay que “pedir sin desfallecer”, sacamos la conclusión de que hemos de avasallarle a base de peticiones y palabras, hablándole sin descanso ni interrupción de todo lo que creemos necesitar, y queriendo “convencerle” de nuestras

INSISTIR  (Lc18, 1-8)

INSISTIR  (Lc18, 1-8) Para el cristiano “insistir”, más que “reivindicar derechos” significa “ir a contracorriente”, y saber mantenerse en esa actitud, la “opuesta al mundo”, con firmeza y constancia, sin desfallecer, a pesar de todas las incomodidades y de todos los empujones y obstáculos que se nos quieran poner; que siempre serán muchos y desde distintos ángulos, porque nunca va a ser

GRATITUD Y DISPONIBILIDAD (Lc 17, 11-19)

GRATITUD Y DISPONIBILIDAD (Lc 17, 11-19) El relato lucano de la curación por Jesús de diez leprosos, de los que solamente uno, y éste samaritano, vuelve para agradecérselo y convertirse en seguidor suyo, es buena ocasión para hacernos un “examen de conciencia” como cristianos; es decir, supuestamente “buenos discípulos”. La conclusión a extraer del relato es bien clara y no ofrece dudas

TENER FE  (Lc 17, 5-10)

TENER FE  (Lc 17, 5-10) Es de sobra conocido que la famosa frase barthiana: “la revelación es la abolición de toda religión”, sintetiza y presenta con carácter contundente y provocador, el hecho incuestionable para cualquier cristiano de que el mero esfuerzo humano por llegar al conocimiento de Dios, honrarlo, y dedicarle un culto agradecido y comprometido (la “religión” como pretensión de adquirir

INCORREGIBLES (Lc 16, 19-31)

INCORREGIBLES (Lc 16, 19-31) La insensibilidad ante el sufrimiento del prójimo es algo que nos sorprende en los demás, pero que no nos paramos a considerar pueda afectarnos a nosotros mismos, que nos indignamos ante las muestra de falta de piedad y compasión que descubrimos en otros. Sin embargo, no podemos olvidar nunca preguntarnos por cómo ejercemos nosotros la compasión y la

¿ASTUCIA O TRANSPARENCIA?  (Lc 16, 1-13)

¿ASTUCIA O TRANSPARENCIA?  (Lc 16, 1-13) Reconocer (e incluso “admirarse” de su desfachatez y su verdadera mezquindad), la astucia que parece regir los destinos de nuestra sociedad y nuestro mundo, porque es la principal “cualidad” (que no “virtud”) ejercida por los esclavos del poder y del éxito para dominar a cualquier precio, instalarse perpetuamente en las cumbres y resortes que manipulan la

UNA CRUZ (Jn 3, 13-17)

UNA CRUZ Nos es completamente imposible apreciar y captar en toda su intensidad la magnitud de la experiencia que supondría para sus discípulos y seguidores, como para su familia, el hecho de ver crucificado a Jesús. La evidencia irrefutable de su muerte, y una muerte indigna, de criminal condenado a un suplicio cruel e inhumano (turpisssima crux…), suponía de hecho la clausura

SEGUIMIENTO E INTERROGANTES (Lc 14, 25-33)

SEGUIMIENTO E INTERROGANTES  El evangelio y la llamada al seguimiento crean siempre interrogantes. Jamás ofrece seguridades, porque la propuesta desafiante de Jesús nunca nos da “recetas”, cuya observación pueda asegurarnos la fidelidad en ese seguimiento; sino pautas de vida que exigen de nosotros discernimiento, y que nunca son “absolutas” en su concreción, sino completamente relativas a cada persona y a las circunstancias

INSIGNIFICANCIA Y FELICIDAD  (Lc 14, 7-14)

INSIGNIFICANCIA Y FELICIDAD  (Lc 14, 7-14) Tal vez  no haya mejor cosa para adquirir plena conciencia de lo que ya sabemos, que somos completamente insignificantes en el mundo y la sociedad, por importantes que nos tengamos y por decisivas que hayan podido ser nuestras aportaciones y nuestros méritos (y más cuando, como es el caso de casi todos nosotros, al menos el