UN PRETEXTO INÚTIL (Mt 25, 31-46)
UN PRETEXTO INÚTIL (Mt 25, 31-46) El que se escuda en la “ausencia de Dios” en nuestro mundo y en la realidad tangible, para concluir de ello una conducta y una vida cuya única perspectiva “exigente y responsable”, la única “digna y encomiable”, sería la de la afirmación de la
FE EN NOSOTROS (Mt 25, 14-30)
FE EN NOSOTROS (Mt 25, 14-30) El dato fundamental que está a la base de las parábolas de Jesús y, en definitiva, de todo su evangelio, es la absoluta y radical confianza de Dios en nosotros. En cada uno de nosotros. Ciertamente se trata de algo incomprensible. Por eso nos
DORMIR SIN MIEDO (Mt 25, 1-13)
DORMIR SIN MIEDO (Mt 25, 1-13) Uno sólo puede dormirse tranquilo cuando tiene la conciencia en paz. Al menos eso afirma el dicho popular. Sólo entonces no teme la inconsciencia, la imprevisión y la impotencia de esas horas de pasividad invencible y de apagón de nuestra libre voluntad. Algo de
DIFÍCIL DE CREER (Mt 23, 1-12)
DIFÍCIL DE CREER (Mt 23, 1-12) A pesar de lo que digamos, y de la claridad con la que Jesús nos propone y nos hace presente la verdadera “forma de vivir” divina, cambiar de mentalidad respecto a Dios, tal como él nos exige, no nos es fácil. Pasar de la
UN AMOR IMPOSIBLE (Mt 22, 34-40)
UN AMOR IMPOSIBLE (Mt 22, 34-40) Que “amar a Dios sobre todas las cosas” sea, sin duda el primer mandamiento para un creyente, ya que es sobre esa fe en “el misterio divino”, sobre la que pretende construir, desarrollar, y proyectar su persona y su vida, es algo evidente. Pero
LO DE DIOS (Mt 22, 15-21)
LO DE DIOS (Mt 22, 15-21) Lo del César es cosa nuestra. Es la red tejida por nosotros, la que vamos urdiendo a lo largo de la historia entrelazando ambiciones y recelos, afán de progreso y bienestar junto a intereses bastardos de propiedad y dominio, rivalidades más o menos violentas
INVITACIÓN Y DIGNIDAD (Mt 22, 1-14)
INVITACIÓN Y DIGNIDAD (Mt 22, 1-14) La de los invitados al banquete de boda es otra de esas “parábolas crueles” que nos presentan los evangelios, y que han desconcertado y siguen desconcertando tanto a los exegetas y estudiosos de la Sagrada Escritura, como a nosotros, simples cristianos, por sus aparentes
LA PIEDRA ANGULAR (Mt 21, 33-43)
LA PIEDRA ANGULAR (Mt 21, 33-43) Creo sinceramente que la de “los viñadores homicidas” es una de las parábolas más desagradables del evangelio por el tono de violencia y de crueldad que rezuma en todas sus versiones, y que hace aparentemente imposible cualquier pretensión de dulcificarla. Pero tampoco hace falta
EL ECO DE UNA VOZ (Mt 21, 28-32)
EL ECO DE UNA VOZ (Mt 21, 28-32) No otorgar credibilidad a la predicación de Juan Bautista, a pesar de su legalismo irreprochable (una vida ajustada al cumplimiento de la Ley de la Alianza), de una austeridad y sobriedad ejemplar, estricta e “incontaminada”; significaba poner en entredicho la última palabra
SALIR A BUSCAR (Mt 20, 1-16)
SALIR A BUSCAR (Mt 20, 1-16) Cuando escuchamos la parábola del propietario de la viña contratando sucesivamente trabajadores, y pagándoles a todos el jornal completo, independientemente del tiempo trabajado; tras vencer la primera reacción de perplejidad por la evidente inconveniencia y la aparente injusticia, nos es forzoso confesar que, efectivamente,