Archivos mensuales: octubre 2020

ANTE LA MUERTE

ANTE LA MUERTE (2 de noviembre: "Conmemoración de los Fieles Difuntos")         Vivimos hoy con la absurda pretensión de olvidar la muerte, de cerrar los ojos a lo evidente e inevitable. Ocultamos la inminencia de la muerte a los demás bajo el pretexto de “no asustarlos”, como si pudiera haber alguien tan necio o tan ciego de creerse indestructible; y la eliminamos

MUERTE Y SANTIDAD, SANTIDAD Y MUERTE (Festividad de Todos los Santos)

    MUERTE Y SANTIDAD, SANTIDAD Y MUERTE      (Festividad de Todos los Santos) Aunque son muchas las palabras y conceptos cuyo uso y abuso en su utilización acaba por desgastar y banalizar su sentido, desvirtuando el verdadero alcance de su significado más profundo, no puede negarse que “santidad” y sobre todo “santo/a” es una de ellas. Si es cierto que no ha llegado

Por |2020-10-30T09:48:17+01:00octubre 30th, 2020|Artículos, CICLO LITÚRGICO A, General|1 comentario

“COMO A TI MISMO” (Mt 22, 34-40)

“COMO A TI MISMO” (Mt 22, 34-40) A primera vista resulta algo extraño, e incluso sorprendente, que Jesús use como término de comparación el amor “a sí mismo” para caracterizar la vida de profundidad divina y de incondicional entrega y servicio a los demás cuyo exponente es, en definitiva, la suya propia, la inconfundible peculiaridad de su evangelio. Y ello, además, en

PERO, ¿QUÉ ES “LO DE DIOS”? (Mt 22,15-22)

PERO, ¿QUÉ ES “LO DE DIOS”? (Mt 22,15-22) El evangelio, y la entera vida de Jesús, es una llamada inaplazable al discernimiento. Y discernir significa saber quiénes somos nosotros, cuál es la realidad en la que vivimos y cómo nos hacemos cargo de ella, y en qué horizonte de misterio y de esperanza nos situamos. Ello implica, si no comprenderlo totalmente, al

TRAJE NUPCIAL (Mt 22, 1-14)

TRAJE NUPCIAL (Mt 22, 1-14) “Llevar el vestido de boda” parece ser para Mateo una cuestión determinante. Es curioso que ese Rey no repare ni le importe llenar la sala de su banquete de toda clase de invitados, sentando acogedoramente a su mesa “a buenos y malos”; y, sin embargo, rechace contundente e inexcusablemente a quien no llevaba el traje solemne requerido

MANSEDUMBRE (Mt 21, 33-43

MANSEDUMBRE (Mt 21, 33-43) Mansedumbre. Delicadeza. Ternura. Cuando hablamos de “compromiso”, de “evangelizar”, de “dar frutos”, pocas veces se nos presenta como primera idea y como principal actitud la de esa supuesta “pasividad” que encierran estas tres palabra; las cuales, sin embargo, constituyen el auténtico motor, el verdadero “corazón” capaz de bombear sangre de vida divina a nuestras acciones y a nuestra