¡Ánimo, hijos, gritad a Dios!
Que el que os castigó se acordará de vosotros.
Si un día os empeñasteis en alejaros de Dios,
volveos a buscarlo con redoblado empeño.
El que os mandó las desgracias,
os mandará el gozo eterno de vuestra salvación.
¡Ánimo, Jerusalén!
El que te dio su nombre te consuela…
Mira hacia levante, Jerusalén,
contempla el gozo que Dios te envía.
Ya llegan los hijos que despediste,
reunidos por la palabra del Santo
en oriente y occidente; ya llegan
alegres y dando gloria a Dios.
Jerusalén despójate de tu vestido
de luto y aflicción
y vístete las galas perpetuas
de la gloria que Dios te da,
envuélvete en el manto
de la justicia de Dios
y ponte en la cabeza la diadema
de la gloria del Eterno;
porque Dios mostrará tu esplendor
a cuantos viven bajo el cielo.
Dios te dará un nombre para siempre:
”Paz en la Justicia, Gloria en la Piedad”
Ponte en pie, Jerusalén, sube a la altura,
mira hacia oriente y contempla a tus hijos,
reunidos de oriente y occidente a la voz del Santo,
gozosos invocando a Dios.
A pie se marcharon, conducidos por el enemigo,
pero Dios te los traerá con gloria
como llevados en carroza real.
Dios ha mandado abajarse a los montes elevados
y a las colinas encumbradas,
ha mandado llenarse a los barrancos
hasta allanar el suelo,
para que Israel camine con seguridad
guiado por la gloria de Dios;
ha mandado al boscaje y a los árboles aromáticos
hacer sombra a Israel.
Porque Dios guiará a Israel con alegría
a la luz de su gloria,
con su justicia y su misericordia.
Ba 4,27-5,9
Deja tu comentario