Cada día de nuestra vida comienza una nueva aventura: la de descubrir el regalo que nos está reservado en esas horas que comienzan.
Cada día es ocasión de estar disponible para Dios y para el hermano; para recibir de Dios y del hermano.
Cada día es oportunidad para entregarse más profundamente al misterio de Dios que nos convoca y para estar más atentos a quienes nos rodean.
Cada día, con la alegría desbordante del horizonte que se nos abre, hemos de gozar de la vida: la de Dios, que nos llama; la de quienes están a nuestro lado, que nos lo descubren; y la de nosotros mismos, a quienes desborda.
Tato!
Que suerte poder compartir tus reflexiones y poder disfrutarlas. Sabes que aprendemos muchísimo de ti y para nosotros es un privilegio poder contar con tu presencia en nuestras vidas. Gracias por animarte a abrir este espacio donde compartir todo aquello que sientes, piensas y reflexionas. Pero sobretodo gracias por mostrarnos tu forma de ver a Dios, conocerlo, vivirlo, compartirlo y transmitirlo. Todos los días son un regalo en nuestras vidas que pocas veces somos capaces de valorar como toca. Ojalá seamos capaces de vivir cada momento con esa alegría desbordante de la que nos hablas.
Un abrazo y ánimo en esta nueva etapa blogguera!!! 🙂