EL VACÍO DE DIOS (Cruz y vida…)

EL VACÍO DE DIOS (Cruz y vida…)

Poseer la vida en plenitud con el único objeto de poder renunciar a ella de modo total y absoluto, convirtiéndose en nada, desaparecer, morir; y, aún más: estar muerto

Porque morir es algo experimentable, vivido hasta ese preciso instante de estar ya muerto, inánime, materialidad física sin persona, una cáscara vacía…

Y entregar la vida”, no esperar a “perderla”, a que te pille desprevenido, porque tú mismo la vas regalando poco a poco a todos, indiscriminadamente, desprendiéndote de tu persona y constatando lo inexorable de un cronómetro que se acelera en tu Última Semana, la por eso Santa, convirtiéndola en Pasión y cruz, porque sigues obcecado en llegar al fondo del misterio, enfrentado a todas la mentiras pretendidas en nombre de un Dios que no es el tuyo, confiando únicamente en el absurdo de tu Padre, en el vértigo del Espíritu Santo, en la nada y vacío de tu conciencia de Hijo insobornable… desprenderte de ti mismo después del aislamiento de la soledad absoluta, del abandono, la afrenta y la condena, queriendo no sólo morir, sino “estar muerto”, conocer lo incognoscible: que tu propio ser llegue a ser “nada”…

Porque el vacío es ser “no-ser”, es inexperimentable, incontrolable, incomprensible, ajeno al mundo, desconocido e incognoscible, la eterna “cara oculta”… El vacío es Dios… por eso Jesús se hundió en él, colmó su vida en el hiato de la cruz, buscó ese vacío, estuvo muerto… recreó la vida…

Desde nuestra perspectiva de aquí abajo, viciada y torpe, pegada al suelo, ínfima e inconsistente, envidiamos a Dios porque Él es Todo… pero desde la de un crucificado, mirando desde arriba su propia miseria amalgamada con el barro y cieno de la tierra en la que ya no se apoya, sobre la que se haya suspendido de un madero y contemplando su propio barro; puede que desde ahí Dios sea el vacío y la nada… ¿qué importa el nombre, la palabra que usemos?…

Es el vértigo del infinito, la plenitud del anonadamiento, el gozo desbordante del cumplimiento: el riesgo eterno… tú en Él, tú en “el Otro”… tú no siendo ya nunca más tú… Dios ya no siendo nunca “el otro”…

Cruz y muerte. Haber consumido gozosamente tu vida descendiendo a lo más bajo, confortando al más débil, buscando el máximo de la humildad, haciéndote pequeño e intrascendente… Y mirar las cosas desde arriba sólo en el instante supremo de la agonía, del aniquilamiento irremisible, del vaciamiento buscado y pretendido, del acceso a la trascendencia…

El único objetivo obsesivamente querido: desprenderse de sí mismo para hundirse en el vacío sin buscar seguridades… porque ese vacío es Dios… la plenitud, lo ansiado… ¿el gozo eterno es la muerte?,  ¿y la muerte de cruz?… Sí, sin duda; y eso es el vacío… pero llamémoslo de otro modo: la única vida…

Por |2022-04-14T22:38:06+01:00abril 14th, 2022|Artículos, General, Reflexión actualidad|Sin comentarios

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