VIVIR PARA EL OTRO (Jn 3, 16-18)
VIVIR PARA EL OTRO (Jn 3, 16-18) Esa forma, ya hecha común por la teología, de hablar del ser y de la persona de Jesús definiéndola como proexistencia; o, en otros términos, como del “hombre para los demás”, nos da acceso y nos abre al misterio de Dios, de su esencia; pues es ahí donde radica lo peculiar y original de Jesús,
TRINIDAD: LA PARADOJA DIVINA
TRINIDAD: LA PARADOJA DIVINA Afirmar y celebrar la trascendencia de Dios es tanto como olvidar y enterrar nuestras pretensiones de conocimiento y sabiduría, y claudicar humildemente ante el misterio. Es renunciar sin miedo ni complejos a ser nosotros “Dios”, y confesar nuestra deficiencia radical y nuestra insuficiencia con honradez y reconociendo sencillamente dónde están nuestros límites; pero, eso sí, sin renegar un ápice del
LO QUE SABEMOS DE DIOS
Llevados por la conciencia de nuestra pequeñez y de nuestras limitaciones como criaturas finitas y mortales que somos, tendemos a considerar casi siempre a Dios con la admiración que suscita en nosotros el misterio de su infinitud incomprensible; por eso, casi siempre, lo que hacemos ante él es enmudecer y afirmar, simplemente, su incognoscibilidad y nuestra impotencia, resumidas en el famoso dicho