Archivos mensuales: mayo 2024

INCORPORADOS A LA DIVINIDAD (Mc 14, 22-26)

INCORPORADOS A LA DIVINIDAD (Mc 14, 22-26)         La fe cristiana, hay que decirlo hasta la saciedad, no es una cuestión de conocimiento de Dios, sino de experiencia del misterio divino. Su punto de referencia culminante e identificativo lo da Jesús, cuya persona se nos convierte en absolutamente imprescindible para acceder a lo más radical de nuestra propia identidad, y al sentido

TRINIDAD: ALGO DECISIVO  (Mt 28, 16-20)

TRINIDAD: ALGO DECISIVO  (Mt 28, 16-20) Que Dios sea Trinidad no es irrelevante. Al contrario, es algo decisivo sobre Dios. Sobre Dios y sobre nosotros. En contra de lo que parece, no supone conocer a Dios desde la teoría y en abstracto,  haciendo elucubraciones sobre la divinidad y su esencia; sino todo lo contrario: es la única posibilidad conocida de expresar en

DESDE LO HONDO (Pentecostés)

DESDE LO HONDO (Pentecostés) La vida de Jesús fue la presencia personal de Dios en nuestra historia; y, con ello, el hacernos clara y visible su voluntad, cuando, en su misterio trinitario, decidió ser “Creador de vida”; e incluir nuestra propia historia en la suya. Por eso nos convocó al incomprensible e inesperado Reino de Dios; a esa dinámica divina de proyección

Por |2024-05-18T11:04:13+01:00mayo 18th, 2024|Artículos, CICLO LITÚRGICO B, General|Sin comentarios

A PROPÓSITO DE LA ASCENSIÓN  (Mc 16, 15-20)

A PROPÓSITO DE LA ASCENSIÓN  (Mc 16, 15-20) No importa demasiado que la leyenda sea incongruente e inaceptable, por poco que se analice con un mínimo de capacidad crítica y de sensatez. La Ascensión de Jesús “al cielo”, nos transmite, en ese lenguaje de imaginación y fantasía, que tanto nos atrae y nos llega a seducir, y que se nos hace inevitable

EL REGALO DE LA INDIGENCIA  (Jn 15, 9-17)

EL REGALO DE LA INDIGENCIA  (Jn 15, 9-17) En el origen de nuestra fe no estamos nosotros sino Dios. No es nuestro interrogante el que nos abre el camino a reconocer nuestra dependencia y experimentar nuestra indigencia, sino la iniciativa divina, origen y causa de su Revelación, la que nos concede la lucidez de nuestro inconformismo con “lo terrenal”. Una cosa es