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PLEGARIA EUCARÍSTICA II DOMINGO DE ADVIENTO (CICLO C)

PLEGARIA EUCARÍSTICA -Segundo domingo de Adviento- En verdad necesitamos, Señor, con toda urgencia escuchar la voz del profeta que nos llama a conversión: a enderezar lo torcido de nuestra vida al sabernos convocados por ti que nos esperas al final del camino. Y como sentimos el gozo de tu anuncio, que nos anima a la paciencia al asegurarnos que se acercan tus

SERENAMENTE (Lc 3, 1-6)

SERENAMENTE  (Lc 3, 1-6) La invitación del Bautista es apremiante y tiene un viso de urgencia. Una urgencia que no es angustia, ni tampoco reclama actuar precipitadamente o de modo apresurado, sino que es conciencia de la oportunidad que Dios nos ofrece. Invita a la paciencia, a saber esperar. Porque para acoger a Dios, que llega, para poder apreciar en toda su

PLEGARIA EUCARÍSTICA I DOMINGO DE ADVIENTO (CICLO C)

PLEGARIA EUCARÍSTICA -I DE ADVIENTO- Afirmamos con rotundidad, ¡Oh Padre! lo justo y necesario que es agradecerte tu constante llamada a la sensatez y a la cordura en medio de este mundo de recelos, desconfianzas y rivalidad, a través de la vida de tu Hijo, Jesucristo, de su llamada a la vigilancia y del regalo del Espíritu Santo, que nos hace conscientes

LA NECESARIA CONFIANZA  (Lc 21-28)

LA NECESARIA CONFIANZA  (Lc 21-28) A pesar de considerar nuestra vida como un itinerario que nos conduce a Dios, muchas veces la evidencia de su final o la reflexión sobre la muerte nos sumerge en un mar de interrogantes y de dudas. Conocemos gracias a la propia revelación divina la bondad de Dios y su plan de salvación para esta realidad creada,

NI CASTIGO NI AMENAZA  (Mc 13, 24-32)

NI CASTIGO NI AMENAZA  (Mc 13, 24-32) Los discursos escatológicos atribuidos a Jesús no pueden sembrar pánico ni angustia. No tienen como objetivo provocar ansiedad o miedo en quien se une al seguimiento confiando en él y en su evangelio. Mucho menos ser motivo de esos terrores apocalípticos y milenaristas, que surgen periódicamente a lo largo de la historia por influencia de