EN NUESTRAS MANOS
Está en nuestras manos hacer de Dios lo que queramos. No sólo de un modo teórico o en el terreno de las ideas, sino incluso materialmente… Porque Dios mismo ha decidido, insensatamente, ponerse en nuestra manos así: materialmente… Y por eso lo hemos clavado en una cruz: por insensato… Suena a blasfemo, pero es la cruda realidad, la verdad auténtica y sin