RETIRO-MEDITACIÓN
Les decía: ”el Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará.” Pero ellos no entendían lo que les decía y tenían miedo de preguntarle.
(Mc 9, 31-32)
-¿Por qué “miedo a preguntarle”?:
- Porque intuían una respuesta sorprendente y no coincidente con sus expectativas y deseos…
- Porque sabían que la autoridad de Jesús no es la del saber, sino la de la absoluta transparencia de Dios…
- Porque buscaban al Cristo en beneficio propio…
-¿También nosotros tenemos miedo a preguntarle a Jesús?…
- Porque seguimos buscando explicaciones “nuestras” y él no nos va a dar la razón…
- Porque seguimos queriendo mantener nuestra forma de vivir, en lugar de acoger su llamada incondicional al seguimiento…
- Porque creemos “merecer” una consideración o detalle por su parte…
-Nosotros ya sabemos la respuesta definitiva a nuestros interrogantes sobre Dios: la cruz y la resurrección… ¿dónde está el miedo?: en nosotros mismos, en nuestra infidelidad y nuestro rechazo del “cambio de vida” que su seguimiento nos exige…
ORACIÓN Y CELEBRACIÓN EN SEMANA SANTA
-Celebrar la Semana Santa:
- ¿es hundirnos en Dios y su misterio?…
- ¿es aceptar la renuncia a nosotros mismos hasta la cruz, aceptar “nuestra cruz”?…
- ¿es renovar con nuestra “conciencia penitencial” nuestra voluntad de seguimiento verdadero?…
- ¿es compromiso de cambio ante la alegría del perdón y la salvación regaladas por la cruz de Cristo?…
“La ascesis cuaresmal es un compromiso, animado siempre por la gracia, para superar nuestras faltas de fe y nuestras resistencias a seguir a Jesús en el camino de la cruz… Es necesario ponerse en camino, un camino cuesta arriba, que requiere esfuerzo, sacrificio y concentración…”
(Papa Francisco)
Nuestra oración y celebración en estos días, ¿va a ser como la del publicano o como la del fariseo?…
¿Le vamos a decir a Dios que somos “tan cumplidores y devotos”, que no podemos dejar de celebras la Semana Santa?… ¿o, simplemente, nos vamos a postrar a sus pies agradeciéndole con lágrimas que nos haya perdonado?…
¿Vamos a representar teatralmente (eso sí, con dramatismo…), su Pasión y muerte en la cruz?… ¿o a conmemorar y hacer presente en nuestra persona su propia entrega, experimentando la fuerza de su Espíritu en nosotros, y nuestra verdadera comunión con Él y con su Iglesia?…
¿Añadimos una Semana Santa más a nuestra vida, o estamos dispuestos a dejarnos transformar por una disponibilidad completa y real para injertarnos en Cristo, que nos lleve a cambiar nuestra forma de vivir y gozar de una vida feliz en Él y resucitada?…
¿Llegará la Pascua a nosotros como todos los años?… ¿o queremos que marque un renacer de nuestra absoluta y firme confianza en Jesús, de nuestra esperanza en la gloria de la resurrección, y de una caridad y dicha verdaderas?…
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