PLEGARIA EUCARÍSTICA (V DOMINGO DE CUARESMA)

PLEGARIA EUCARÍSTICA

Domingo V de Cuaresma

En verdad te damos gracias, Señor,

por el regalo de la vida,

por la bondad de la salvación,

y por la promesa de la resurrección eterna.

En tu amigo Lázaro, sacado del sepulcro,

anunciaste tu resurrección gloriosa;

y si aquélla era signo del futuro,

la tuya fue definitiva y para siempre.

A esa eternidad, a la que nos convocas,

queremos aspirar con tus ángeles y santos;

por eso nos unimos a ellos alabándote,

y proclamamos cantando:

SANTO, SANTO, SANTO…

La santidad, que es el adorno de los tuyos,

instalados en tu gloria para siempre,

es también, ¡Oh Padre!, nuestro anhelo;

pues, aunque conocemos nuestra fragilidad,

y acumulamos fracasos y errores,

nos sabemos acompañados por tu Hijo,

ese Cristo que infunde amor y vida

derramando el Espíritu Santo en quien lo sigue,

animando nuestro caminar decepcionado,

y resucitando nuestra confianza ya dormida.

Sabemos que nuestra vida en este mundo

es pasajera y se nos escapa de las manos;

nos sentimos impotentes y tristes

ante la inevitable caducidad

en que estamos instalados;

pero cuando ya sólo nos queda la decepción

y el sentimiento de pena y de fracaso,

Tú apareces siempre como fuente de agua viva,

como luz que cura la ceguera,

y como garantía de eternidad,

regalando vida

y cumpliendo tus promesas.

Que tu Espíritu, Señor, descienda

sobre estas ofrendas y sobre nosotros mismos,

y nos transforme,

a ellas y a nosotros,

en cuerpo tuyo

y signo eficaz de tu entrega generosa.

Que este pan y este vino

se impregnen de tu presencia,

tal como prometiste aquella noche,

cuando reuniendo a tus discípulos,

con la mirada puesta en la cruz de tu gloria,

tomaste el pan y partiéndolo dijiste:

TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL…

Y tomando el cáliz:

TOMAD Y BEBED…

Cristo se entregó por nosotros:

Por tu cruz y resurrección,

nos has salvado, Señor.

Te damos gracias, Señor, por acogernos,

e integrarnos en lo radiante y eterno de tu vida.

Te pedimos que tu propio Espíritu Santo

nos anime y fortalezca

para ser dignos del regalo que nos haces,

y para extender tu bondad a todo el mundo.

Que seamos hijos en tu Hijo,

unidos al Papa Francisco,

a los obispos,

y a todos los hermanos

que ayer y hoy son testigos de tu Reino:

a María, a José, a los apóstoles y a todos los santos.

Que sintamos la dicha de compartir en comunión

la vida que nos has dado,

y que estemos siempre dispuestos

para acoger y acompañar,

cariñosa y delicadamente,

a todos los que se sienten tristes o atribulados,

decepcionados de la vida

o lamentando su debilidad y su impotencia.

Que nuestra mirada, Oh Jesús,

se dirija siempre a ti,

como la de Lázaro resucitado,

agradecida y confiando en tus promesas;

y encomendándote por ello a nuestros difuntos,

cuya dicha eterna

confiamos compartir con ellos y contigo.

POR CRISTO, CON ÉL Y EN ÉL,

A TI, DIOS PADRE TODOPODEROSO,

EN LA UNIDAD DEL ESPÍRITU SANTO,

TODO HONOR Y TODA GLORIA

POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS.

AMÉN.

Por |2023-03-25T10:09:03+01:00marzo 25th, 2023|General, Oraciones y música, Plegarias Eucarísticas|Sin comentarios

Deja tu comentario