PLEGARIA EUCARÍSTICA
-Primer Domingo de Cuaresma-
Al comenzar, Oh padre, esta Cuaresma,
que nos encamina hacia la Pascua de tu Hijo,
mirando su cruz de salvación
y considerando sus días de tentaciones
y su constante rechazo
de la provocación y la maldad,
proclamamos la grandeza de tus obras
y te damos gracias
por ese amor tuyo generoso,
que nos ha salvado
y prometido el misterio de tu Reino.
Por eso celebramos tu gloria,
y con toda tu creación,
con los ángeles y los santos
te aclamamos cantando:
SANTO, SANTO, SANTO…
Que tu santidad, Oh Padre,
transforme nuestras vidas,
y que el Espíritu Santo descienda sobre estos dones,
para que sean la presencia de tu Hijo
que nos mandó consagrarlos en su nombre
cuando en su cena de despedida
nos convocó en sus discípulos a reunirnos en su nombre,
y partiendo el pan les dijo:
TOMAD Y COMED…
Y después tomando el cáliz:
TOMAD Y BEBED…
Cristo se entregó por nosotros:
Por tu cruz y resurrección
nos has salvado, Señor.
Nos sabemos, Cristo, convocados a tu mesa
sin ser dignos de sentarnos a tu lado;
pero eres tú quien nos ofreces el perdón
y nos convocas a la comunión contigo.
Ayúdanos a permanecer unidos;
a incorporarnos realmente a ti,
tal como Tú nos pides y reclamas;
a no poner obstáculos al Espíritu Santo,
que nos hace capaces de seguir tus pasos
venciendo al mundo como tú lo hiciste.
Al verte hoy, Jesús, tentado,
te sentimos tan próximo a nosotros;
tan expuesto al mal y al pecado
como nosotros mismos;
y por eso nos sentimos dichosos y felices,
porque no te dejas vencer por Satanás
ni siquiera siendo humano
y, por ello, cargado con todo el lastre de la historia
y con toda la influencia perniciosa
de la rivalidad, la codicia, el afán de triunfo,
el protagonismo, el reconocimiento y el aplauso…
Tú nos muestra la necesidad de la renuncia,
el gozo de la entrega y el servicio,
lo imprescindible de profundizar sin descanso
en el conocimiento de tu persona y de tu vida
con el estudio y la oración,
con el esfuerzo y la Cuaresma…
Llamados a ser signos de tu Reino,
te encomendamos a la Iglesia universal
en camino sinodal y fraterno;
y también
a esta parroquia de Ntra. Sra. de Loreto,
que busca ser vínculo de comunión
y sacramento de tu presencia en Venta del Moro.
Te pedimos por todas la personas
que hacen patente la generosidad,
la solidaridad y la entrega;
y por todas aquéllas que sufren
o que son víctimas de la violencia y la injusticia,
de la desigualdad y la pobreza.
Nos sentimos contigo cerca de nuestros difuntos,
unidos a ellos,
y confiados
a tu indulgencia y generosidad con todos.
Y así, sintiéndonos portavoces
de todo lo noble y digno,
y encomendados a tu misericordia y tu bondad,
queremos alabarte diciendo:
POR CRISTO, CON ÉL Y EN ÉL,
A TI, DIOS PADRE OMNIPOTENTE,
EN LA UNIDAD DEL ESPÍRITU SANTO,
TODO HONOR Y TODA GLORIA,
POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS,
AMÉN.
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