UN AÑO MÁS
Un año por delante
para esperar, día a día,
a Dios con su regalo.
Un año que Él seguirá llenando
de aventuras cotidianas y de sorpresas.
Un año para adentrarnos más en Él
y poder gozar de su cariño por nosotros.
Para verlo sonreír en el silencio,
escuchar sus palabras de ánimo
y acoger la fuerza de su Espíritu.
Para mirar asombrado su interés por mi vida
¡y atreverme a vivirla desde Él!
Un año para palpar en mí mismo los latidos de Dios,
para sentir que su caricia inconfundible
es una llamada a la gloria de su Reino,
al júbilo de comulgar con los míos en su abrazo;
y saberme,
en su nombre y en el de ellos,
emplazado a un futuro no tan lejano,
desde el que ya ahora celebramos
que se hará patente al fin que Dios es Dios,
y que para ese futuro imposible nos ha creado…
y que nos ofrece día a día,
año tras año,
la ocasión y el privilegio de gozarlo.
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