CAMBIAR DE PLANES (Lc 6, 30-34)
Los momentos sucesivos de este breve relato de Marcos al regreso de los apóstoles tras el envío de Jesús, y su profundo sentido en la dinámica del evangelio y del seguimiento cristiano, están bellamente expuestos en el comentario de Xavier PIKAZA a este evangelio, y casi me voy a limitar a transcribirlo:
“Jesús quiere que sus discípulos reposen, pero la muchedumbre les sigue… el evangelio no es un simple activismo, una pura tarea externa de misión y cambio del mundo: es también tiempo de gozo y comunión personal con el maestro.”
Sin embargo la gente acude de modo inesperado y no permite a Jesús y sus discípulos el gozo de la intimidad…
“… Jesús quería descansar. Pero hay muchos que les siguen, a él y a sus discípulos, viniendo a buscarles por doquier. Esta afluencia imprevista de gente transforma su estrategia, pero le permite descubrir unos caminos más profundos de evangelio y gracia creadora. Y de esa forma, de manera inesperada, viene a desvelarse la auténtica misión de Jesús. No se trata sólo de buscar, hay que acoger. En el relato anterior era él quien enviaba de manera programada a sus discípulos, fijando con ellos las horas y modos del mensaje. Pero ahora no son ellos (discípulos y Jesús) los que toman la iniciativa, pues están en las manos de aquéllos que vienen, y no pueden rechazarles. Eso significa que, por encima de la planificación humana, ha de ponerse la actitud de acogida misericordiosa ante aquellos que le buscan.”
Y Jesús debe cambiar de planes… Y comienza a enseñar a esa multitud, que no puede aprender de los maestros oficiales, que no tiene preparación intelectual ni académica para entender “a los sabios y entendidos”… Y es que, nos descubre Jesús, a Dios lo puede comprender cualquier persona, especialmente los más necesitados de experimentarlo, precisamente porque Dios es amor, y en su vida sólo parece haber servidumbre y resignación… son ésos los que salen al paso de Jesús y cuyo deseo Él es incapaz de ignorar, desatender o despreciar.
Ni se aísla, ni habla sólo a privilegiados; TODOS pueden comprender el lenguaje de Dios: misericordia, acogida incondicional, comunión mesiánica para toda persona de buena voluntad, que busca palabras de Dios y se siente perdida y sola ante bellos discursos académicos o legalismos y autoridades religiosas distantes… La cercanía de las entrañas piadosas de Dios que hace presente este buen pastor ofrece vida, alegría, más aún: entusiasmo y hambre de su amor, de su compañía, de comunión con él…
No sólo hay, pues, que acudir, partir en misión; también hay que dejarse encontrar, ser totalmente accesible al más pequeño e insignificante de los prójimos… por encima de toda previsión misionera y de toda intención de entregarse y servir al otro yendo hacia él, ha de estar la absoluta y completa disponibilidad para el que llega y busca, para cualquier persona extraviada o excluida, abandonada o simplemente débil e impotente, necesitada de atención y hambrienta de proximidad y cercanía. Y disponibilidad no ya porque necesite asistencia material; sino, simplemente, porque no tiene acceso a la ternura y la misericordia, las cuales constituyen las auténticas entrañas de Dios, su única identidad divina olvidada y velada por tantos autoproclamados “intermediarios oficiales”, personajes y leyes sagradas, encubridores de lo sencillo y que pretenden a Dios lejano, ajeno y ensimismado… De ahí la compasión de Jesús: ¿cómo no abrirles la vida al gozo de integrarse en la familia de Dios Padre; en el rebaño del Buen Pastor, que se preocupa y cuida de ellas; en el calor y fuerza del Espíritu que ilumina y fortalece, llenando de vida?…
Es la propia bondad divina, cuya manifestación es Jesús en persona, la que necesita cuidar a sus ovejas… y éstas tienen que saberlo y gozarlo… Está surgiendo otro mundo y lo están constatando: ¿cómo dejarlos sin respuesta?… Jesús les va a otorgar lucidez y fortaleza para que los experimenten en toda su profundidad; para Él no hay nada más urgente, no puede haber descanso, es prioritario…
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