¿FELIZ AÑO NUEVO?
Celebrar un “Año Nuevo” es muy fácil: basta esperar y dejarlo llegar…
Desearnos un “Feliz Año Nuevo” también es fácil: basta expresar automáticamente un deseo formal…
PERO mirar con agradecimiento, ilusión y alegría cristiana un tiempo ante nosotros, significa ponerse en marcha y vivir con entusiasmo una aventura: trescientos sesenta y cinco días por delante para hacer presente a Dios, para acompañar a los hermanos; trescientos sesenta y cinco días de disponibilidad, de ser instrumentos de paz, de ofrecer sonrisas y de aportar servicios; un nuevo ciclo de ocasiones de entrega y de renuncia, de privilegiar al otro y de enmendar todos los perdones que hemos de pedir por el año pasado… mirar, como María, la vida por delante como un “estar aquí para hacer tu voluntad”…
Es como un testigo que se nos encarga empuñar y poder transmitir tras la carrera, como una actitud atenta y silenciosa, expectante y empeñada en no dejar pasar ninguna ocasión de hacer patente a Dios con su bondad, de ser refugio, de acoger y acompañar, de buscar al débil y al caído…
¡FELIZ AÑO NUEVO!: tenemos una vez más la ocasión de celebrarlo… tendremos trescientos sesenta y cinco días para hacerlo realidad sonriendo y animando… Pero, al vernos y tratarnos, al acercarnos a ellos, ¿tendrán también nuestras hermanas y hermanos ocasión de celebrarlo?… ¿estaremos a la altura del encargo?…
El mejor objetivo para el nuevo año. Me pondré a ello.
GRACIAS