Archivos mensuales: junio 2020

ACOGIDA SIN RECELOS. (Mt 10, 37-42)

ACOGIDA SIN RECELOS  (Mt 10, 37-42) Aunque dada la exquisita sensibilidad y delicadeza de Jesús me resulta difícil admitir que esas palabras (“quien ama a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí…”) transmitidas por los evangelios como una alternativa entre el amor a los seres más queridos y que con mayor intensidad, gratuidad y profundidad han

VENCER EL MIEDO (Mt 10, 26-33)

VENCER EL MIEDO (Mt 10, 26-33) Una de las posibles formas de describir esa desconcertante personalidad de Jesús que nos lleva a percibir en Él la propia divinidad, es hablar de Él como de la persona que no teme a nada ni a nadie. Y ello sin ninguna altivez ni afán de suficiencia. Evidentemente, no me refiero a que no conozca el miedo

ORAR CON LA BIBLIA

ORAR CON LA BIBLIA El Señor sació su cólera y derramó el incendio de su ira, prendió un fuego en Sión que devora hasta los cimientos. No creían los reyes del mundo ni los habitantes del orbe que el enemigo lograría entrar por las puertas de Jerusalén. Por los pecados de sus profetas y los crímenes de sus sacerdotes, que derramaron en medio de ella sangre inocente. Vagaban

Por |2020-06-15T18:44:28+01:00junio 15th, 2020|Oraciones y música, Orar|Sin comentarios

CORPUS CHRISTI: EXCESO Y COMUNIÓN

CORPUS CHRISTI: EXCESO Y COMUNIÓN Cuando hablamos del “cuerpo de Cristo” y del sacramento de la Eucaristía, lo esencial y realmente importante; y, más que importante, decisivo para nuestra fe cristiana y nuestra comunión, constitutiva del discipulado de Jesús, lo sabemos de sobra, ni es su carácter de “adoración eucarística”, ni viene reflejado  en el tan vistoso y excesivo barroquismo de su culto solemne en las fiestas del Corpus. La Última

Por |2020-06-11T14:46:27+01:00junio 12th, 2020|Artículos, CICLO LITÚRGICO A, General|Sin comentarios

TRINIDAD: LA PARADOJA DIVINA

TRINIDAD: LA PARADOJA DIVINA Afirmar y celebrar la trascendencia de Dios es tanto como olvidar y enterrar nuestras pretensiones de conocimiento y sabiduría, y claudicar humildemente ante el misterio. Es renunciar sin miedo ni complejos a ser nosotros “Dios”, y confesar nuestra deficiencia radical y nuestra insuficiencia con honradez y reconociendo sencillamente dónde están nuestros límites; pero, eso sí, sin renegar un ápice del

Por |2020-06-04T16:28:34+01:00junio 5th, 2020|Artículos, CICLO LITÚRGICO A, General|2 Comentarios