Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.
Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre.
Salmo 130
Por juanleon|2019-06-05T17:30:08+01:00junio 6th, 2019|General, Oraciones y música, Orar|Sin comentarios
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