PERO, ¿QUÉ DICEN ÉSTOS?
La aparente enajenación y conciencia nebulosa de Pedro, Santiago y Juan, que nos narran los evangelistas en la escena de la Transfiguración, con todos los ingredientes como para pensar que están bajo los efectos del sopor ocasionado por una borrachera o por una buena dosis de alucinógenos, podían llevar a alguien a exclamar: Pero, ¿qué dicen éstos?, ¿están pirados?, ¿de qué van…?